Enfermedades transmitidas por ratas

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Las ratas no son sólo una molestia doméstica o un problema de higiene. Son sobre todo una amenaza real para la salud pública. Este roedor puede actuar como portador de diferentes enfermedades graves, algunas con riesgos mortales para el ser humano. Su capacidad de reproducción rápida y de infiltrarse en espacios urbanos o rurales aumenta aún más el peligro.

En este artículo, te hablaremos de las principales enfermedades transmitidas por ratas, cómo prevenirlas y por qué es fundamental actuar a tiempo con un buen control de plagas.

 

ventana con vistas de otoño

¿Por qué las ratas pueden transmitir enfermedades?

Las ratas tienen un metabolismo que las hace muy resistentes. Pueden sobrevivir en entornos muy sucios, como cloacas, contenedores o sistemas de alcantarillado antiguo. Allí entran en contacto con bacterias, virus y parásitos que pueden acabar siendo transmitidos a personas y animales domésticos.

Estas infecciones pueden llegar por varias vías:

  • A través de mordeduras.
  • Por el contacto con la orina o heces.
  • Por alimentos o agua contaminados.
  • Mediante parásitos externos como pulgas o garrapatas.

La presencia de una sola rata puede ser indicativa de una mayor colonia, y con ella, un riesgo sanitario importante.

Ejemplos de enfermedades que pueden transmitir

Fiebre de Lassa

Esta enfermedad viral es transmitida principalmente por ratas del género Mastomys, especialmente comunes en África Occidental. Las personas pueden infectarse al entrar en contacto con heces u orina de las ratas, o por superficies contaminadas.

Los síntomas incluyen fiebre alta, dolores musculares, vómitos y, en casos graves, hemorragias internas. Puede ser letal si no se trata a tiempo. Además, también puede transmitirse entre humanos, lo que convierte a cualquier brote en una preocupación de salud pública.

Aunque es poco común en Europa, con el aumento de los viajes internacionales y la movilidad, es importante conocerla.

Síndrome pulmonar por hantavirus (SPH) y fiebre hemorrágica con síndrome renal (FHSR)

El hantavirus es otro virus presente en ciertas especies de roedores. Puede provocar dos formas de enfermedad: la SPH y la FHSR. La primera afecta principalmente a los pulmones, mientras que la segunda puede provocar fallos renales graves.

Este virus se transmite a través de partículas de polvo contaminadas con heces u orina de rata. Sólo respirar en un espacio contaminado puede ser suficiente para infectarse.

La SPH tiene una tasa de mortalidad alta, y ha sido identificada principalmente en América. Sin embargo, hay cepas que también se han detectado en Europa y Asia.

Leptospirosi

Una de las enfermedades más comunes transmitidas por ratas en todo el mundo. La provoca una bacteria llamada Leptospira, presente en la orina de los roedores.

La infección puede ocurrir por contacto directo con agua contaminada (como arroyos, balsas o suelos húmedos) o a través de pequeñas heridas en la piel. Puede afectar tanto a personas como a animales domésticos.

Los síntomas van desde fiebre, dolores musculares y dolor de cabeza, hasta daños en el hígado y en los riñones. Sin tratamiento, puede derivarse en complicaciones graves.

Tularemia

La tularemia es causada por la bacteria Francisella tularensis. Las ratas pueden actuar como reservorio natural, y la enfermedad se transmite a través del contacto con animales infectados o por picaduras de garrapatas y otros insectos que previamente han mordido roedores.

Aunque es una infección poco frecuente, puede causar síntomas graves como llagas cutáneas, inflamación de los ganglios linfáticos y, en algunos casos, complicaciones pulmonares.

Europa central y estadounidense son zonas en las que se han registrado casos puntuales. La prevención pasa por evitar el contacto con animales salvajes y protegerse de las picaduras de insectos.

¿Cómo prevenir estas enfermedades?

La mejor defensa es la prevención. Por eso, nosotros te recomendamos:

  • Mantener la limpieza en el hogar y en los espacios comunes.
  • Cerrar bien contenedores de basura y alimentos.
  • Revisar posibles puntos de acceso como grietas, tuberías o rejas.
  • Evitar la acumulación de agua estancada.
  • Realizar controles periódicos con profesionales del control de plagas.

En zonas rurales o con presencia habitual de fauna salvaje, es importante vigilar cualquier señal de roedores. En estos casos, lo mejor es llevar a cabo una desratización profesional. También conviene educar a la población sobre los riesgos y promover una respuesta rápida ante posibles infecciones.

El papel del control profesional de plagas

Un buen servicio de control de plagas es fundamental para evitar que una situación puntual se convierta en un problema aún mayor. Las empresas especializadas pueden:

  • Detectar foco de infección.
  • Identificar la especie de rata y su comportamiento.
  • Proponer estrategias de control seguras y sostenibles.
  • Realizar seguimientos para asegurar el éxito del tratamiento.

La detección precoz y la intervención profesional puede marcar la diferencia entre un entorno seguro y una crisis sanitaria potencial.

Las enfermedades transmitidas por ratas son una realidad que a menudo se infravalora, y más teniendo en cuenta que son una de las plagas más comunes de bares y restaurantes, entre otros. No hablamos solo de una plaga incómoda, sino de un serio riesgo para la salud de trabajadores y clientes. Enfermedades como la fiebre de Lassa, el hantavirus, la leptospirosis o la tularemia pueden tener graves consecuencias si no se tratan a tiempo.

Actuar desde la prevención, mantener espacios limpios y contar con expertos en control de plagas, es la mejor estrategia para protegernos. Contacta con nosotros y déjalo en manos profesionales.